“La inmensa mayoría de las personas es capaz de experimentar emociones de esta clase, tanto grandes como pequeñas. El escritor evaluará incluso hasta las más insignificantes y se valdrá de ellas siempre que pueda. Estas experiencias también pueden considerarse como GOLPES EMOCIONALES de uno u otro tipo, y sabe Dios que no siempre resultan agradables. Suelen padecerse de la cuna hasta la tumba. Hay personas que construyen una coraza para protegerse de las muchas embestidas, lo cual podría denominarse, en el caso de esta gente, decoro o adiestramiento, y generalmente va acompañado de la capacidad para desdeñar un insulto o infringirlo sin piedad, la capacidad de disimular, destruir y olvidar una emoción siempre cuando no sea apropiado sentirla. Con la práctica, estas personas pueden volverse casi inmunes a cualquier tipo de emoción”.
Monthly Archives: July 2013
Erdosain, en Los Lanzallamas.
“Se acuerda de los cornudos felices y lustrosos que ha conocido y reitera la pregunta:
– ¿Me habré equivocado de planeta?
No quiere confesarse a sí mismo que siente una nostalgia terrible de llanuras por miniadas colinas, que siente la nostalgia de un país donde monte por medio se habla un idioma distinto y se viste un traje diferente. Él vestiría entonces una túnica de burdel, y con una escudilla en la mano limosnearía entre buelles fajados con mantas y mujeres que manejan rastrillos.
Su amargura crece. Está solo, solo, en un siglo de máquinas de extraer raíces cúbicas y cinema parlante. La distancia se cubre de multitud de cogotes nervudos, gorras aplastadas como platos y jetas pomulosas. Y Erdosain piensa:
– A toda esta chusma se podría liquidarla con un fusil a ametralladora y gases lacrimógenos. En uno no puede apoyarse”.
Roberto Arlt, 1931.
Ergueta, en los Lanzallamas, sobre el lenguaje popular.
¿Saben a qué vino Jesús a la tierra? A salvar a los turros, a las grelas, a los chorros, a las fiocas. Él vino porque tuvo lástima de toda esa “merza” que perdía su alma entre copetín y copetín. ¿Saben ustedes quién era el profeta Pablo? Un tira, un perro, como son los de Orden Social. Si yo les hablo a ustedes en este idioma ranero es porque me gusta… Me gusta cómo chamuyan los pobres, los humildes, los que yugan. A Jesús también le daban lástima las reas. ¿Quién era Magdalena? Una yiranta. Nada más. ¿Qué importan las palabras? Lo que interesa es el contenido. El alma triste de las palabras, eso es lo que interesa, reos.
Book Trailer, “Yo no tengo la culpa”, de Roberto Arlt.
Book trailer del libro “Yo no tengo la culpa”, de Roberto Arlt. Editorial 800 golpes.
Libro que aborda la autoreferencialidad de la obra arltiana.
Selección y prólogo Sylvia Saitta.
Dibujo de tapa REP,
Editorial 800 golpes y Productora 800 golpes.
Música: Milonga, de Astor Piazzolla.
http://www.editorial800golpes.wordpress.com
facebook: https://www.facebook.com/800golpes?fref=ts
Muchas gracias por compartir!
Afiche Arlt: Yo no tengo la culpa.
“Y otras personas también ya me han preguntado: “¿Dígame, ese Arlt no es pseudónimo?”.
Y ustedes comprenden que no es cosa agradable andar demostrándole a la gente que una vocal y tres consonantes pueden ser un apellido.
Yo no tengo la culpa que un señor ancestral, nacido vaya a saber en qué remota aldea de Germanía o Prusia, se llamara Arlt. No, yo no tengo la culpa.
Tampoco puedo argüir que soy pariente de William Hart, como me preguntaba una lectora que le daba por la fotogenia y sus astros; mas tampoco me agrada que le pongan sambenitos a mi apellido, y le anden buscando tres pies. ¿No es, acaso, un apellido elegante, sustancioso, digno de un conde o de un barón? ¿No es un apellido digno de figurar en chapita de bronce en una locomotora o en una de esas máquinas raras, que ostentan el agregado de “Máquina polifacética de Arlt”?
De “Yo no tengo la culpa”, de Roberto Arlt.
Librería Norte: nueva librería.
La Patria, por Horacio Quiroga
-La patria, hijo mío, es el conjunto de nuestros amores. Comienza en el hogar paterno, pero no lo constituye él solo. En el hogar no está nuestro amigo querido. No está el hombre de extraordinario corazón que veneramos y que la vida nos ofrece como ejemplo cada cien años. No está el hombre de altísimo pensamiento que refresca la pesadez de la lucha. No hallamos en el hogar a nuestra novia. Y dondequiera que ellos estén, el paisaje que acaricia sus almas, el aire que circunda sus frentes, los seres humanos que como nosotros han sufrido el influjo de esos nuestros grandes amores, su patria, en fin, es a la vez la patria nuestra. Continue reading
Patria, por Jorge Luis Borges
Nadie es la patria. Ni siquiera el jinete
que, alto en el alba de una plaza desierta,
rige un corcel de bronce por el tiempo,
ni los otros que miran desde el mármol,
ni los que prodigaron su bélica ceniza
por los campos de América
o dejaron un verso o una hazaña
o la memoria de una vida cabal
en el justo ejercicio de los días.
Nadie es la patria. Ni siquiera los símbolos. Continue reading
Carta de Arlt para Ricardo Güiraldes
Estimado amigo Ricardo.
Recibí su libro y no se imagina con qué alegría, pues había visto Don Segundo en las vidrieras y creía que Ud. se había ya olvidado de Arlt.
De su libro pueden decirse ya tantas cosas hermosas, que lo más fácil y espontáneo es agradecerle a Ud. que haya tenido la bondad y el talento de darnos tanta belleza cristalina, sencilla y noble. Un libro como el suyo es un don, aquel que lo lea se sentirá inclinado a amarle y a retribuirle a Ud. de una forma u otra, con palabras o con hechos, el placer cristalino, diáfano y sencillo. ¡Cuánto hablamos de su libro! Y ahora qué difícil es hacerlo pues las palabras no tienen medidas discretas para enaltecer la virtud de lo realizado. Continue reading